“La vía tiene algo de mágico, mezcla de desafío y curiosidad, que una vez que te atrapa ya nunca te abandona”

sábado, 6 de septiembre de 2014

Pablo Acosta y la Estancia “Los Ángeles”

La Estancia “Los Ángeles” fue una de las primeras del partido de Azul. Su fundación se remonta al año 1828, cuando Pablo Acosta obtuvo 12 leguas cuadradas en enfiteusis, que se extendían desde el Arroyo de los Huesos, límite de los partidos de Azul y Tandil, hasta los actuales terrenos de la Base Naval Azopardo.

Acta de Fundación de Bahía Blanca
Pablo Acosta fue uno de los suscriptores del acta de fundación del fuerte y pueblo de Bahía Blanca (abril de 1828). 
Fue elegido Juez de Paz en 1838 y 1839. Al año siguiente, en viaje de Bahía Blanca a Azul, encontró la muerte a manos de una partida de indios y gauchos. Su viuda y su único hijo continuaron con la explotación de “Los Ángeles” y en 1867 obtuvieron su título de propiedad.

Más de sesenta años después, cuando el FCS emprendió la construcción de su ramal de Azul a Dorrego, pasando por el Valle de los Huesos, los indios y la vida azarosa de la frontera eran tan sólo un recuerdo, pero los descendientes de Pablo Acosta aún conservaban la estancia “Los Ángeles”. Uno de ellos, Pablo Acosta (nieto), que compró el antiguo casco a una de sus hermanas, respaldó decididamente la llegada del ferrocarril a la zona, junto con otros vecinos y propietarios de estancias cercanas. En abril de 1928 fue uno de los firmantes de una petición enviada a ese respecto al Ministro de Obras Públicas de la Nación, Dr. Roberto M. Ortiz.

Es una aspiración de todos los vecinos que hace más de treinta años esperan la llegada de la línea férrea a esta región, para verla así surgir y pueda incorporarse a la producción al igual que otras zonas más felices que les ha tocado antes los beneficios del riel […]. (1)   


El FCS proyectó la instalación de una estación en el Km 59,212 de la nueva línea, sección Azul-Chillar, en tierras de la estancia “Los Ángeles”. La Inspección General de Construcciones de la Dirección General de Ferrocarriles consideró que el lugar elegido era “inapropiado para la ubicación de una estación, debido a la pendiente y a la rampa de 4,95 y 3,78% respectivamente (…). (2)  
El FCS señaló que la ubicación se había decidido “teniendo en cuenta los deseos del propietario de los terrenos afectados, quien hará la subdivisión de los mismos para la formación de un pueblo en ese punto, y por consiguiente se tendrán los caminos de acceso requeridos” (3) 

El Nombre de la Estación

Pablo Acosta (nieto) le solicitó al Ministro de Obras Públicas de la Nación que la estación a construirse se denominara “Los Ángeles”, en atención a que ese nombre se remontaba a la época de la adquisición del campo por su abuelo homónimo, uno de los antiguos vecinos de la zona, y que era bien conocido desde entonces.
La Dirección General de Ferrocarriles (DGF) constató que, efectivamente, el nombre propuesto caracterizaba al lugar de emplazamiento previsto para la estación, y que provenía de la denominación de la estancia, que se encontraba a 1500 metros. Sin embargo, ya existía una estación denominada “Los Ángeles”, en la línea Villars a Pergamino de la Compañía General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires (CGBA), y como era norma invariable para la DGF no repetir el nombre de estaciones, la petición no podía prosperar. La DGF consideró, en cambio, los nombres de “Boca de las Sierras” y “Los Huesos”, que identificaban accidentes geográficos de la zona, como potenciales denominaciones para la futura estación.
Ante la seguridad de que el nombre originalmente propuesto sería rechazado, Acosta se dirigió nuevamente al Ministro de Obras Públicas, el 13 de diciembre de 1929, modificando su solicitud original, pidiendo que a la estación se la denominara “Pablo Acosta” en lugar de “Los Ángeles”. El mismo día, cursó una carta al presidente del Museo Histórico Nacional, Dr. Antonio Dellepiane, en la que manifestaba que “ante las dificultades con que se tropieza para denominar ‘Los Ángeles’, la Estación del Km. 59,212.50 de las líneas del F. Carril del Sud […] y salvando los escrúpulos que he sentido al respecto, me permito rogar al Señor Presidente auspicie ante el Superior Gobierno, que a la citada Estación se le ponga el nombre de <Pablo Acosta>”. (4) 
Acosta explicó que en un primer momento había solicitado el nombre de “Los Ángeles” para la estación y no el de “Pablo Acosta”, “por delicadeza por llevar yo el mismo nombre y apellido, pero no por dejar de reconocer que sería un justificado recuerdo a la persona que contribuyó al engrandecimiento del país, pues […] fue uno de los que suscribió el acta de fundación de la Ciudad de Bahía Blanca y era poblador de los campos donde está comprendido mi Establecimiento ‘Los Ángeles’, desde antes del año 1830”. (5) 
Itinerario FCS - Invierno 1930

La resolución del pedido de Acosta se demoró en los pasillos burocráticos de la DGF. Cuando en junio de 1930 el FCS inauguró la sección Azul-Chillar del ramal a Dorrego, la estación en cuestión no tenía aún su nombre definitivo asignado, razón por la cual se habilitó como  “Kilómetro 348”, decir, la distancia kilométrica que mediaba desde Plaza Constitución. Esta situación se prolongaría por algunos meses.







Volvamos al trámite de la 
determinación del nombre de la estación. La Junta Asesora para la nomenclatura de las estaciones ferroviarias consideró equitativa su designación con el nombre “’Pablo Acosta’ o simplemente ‘Acosta’”, pero la Inspección General de Explotación Comercial señaló que ese nombre era parecido a “Mariano Acosta”, estación del mismo ferrocarril ubicada en la línea de Merlo a Lobos, lo que podría generar inconvenientes. Consultada la Dirección General de Correos y Telégrafos, esta oficina manifestó que el nombre propuesto no traería confusión. Atento a ello, el 5 de diciembre de 1930 el presidente de facto José Félix Uriburu dictó un decreto por el que se denominaba “Pablo Acosta” a la estación del Kilómetro 59,212.

La Estación

Pablo Acosta corresponde a la última etapa de expansión del FCS, en la que el ferrocarril inglés desarrolló estaciones con edificios de pasajeros de grandes dimensiones, en dos plantas. La estación ocupaba una fracción de terreno de 1025 metros de largo por 200 metros de ancho, incluso la calle de circunvalación, con una fracción anexa de 200 metros de largo por 82,5 metros de ancho, reservada para la instalación de elevadores de granos, y había sido dotada, entre otras, de las siguientes instalaciones:

  • Un edificio de pasajeros.
  • Un local con W.C. y mingitorios públicos.
  • Una plataforma de 200 metros de largo, con un ancho de 10 metros frente al edificio de pasajeros.
  • Una vía segunda de 941 metros de largo.
  • Una extensión total de 1663 metros de desvíos.
  • Un galpón de carga de 16 metros de largo por 8 metros de ancho.
  • Un galpón de cereales de 68 metros de largo por 16 metros de ancho.
  • Un corral de hacienda de 345 m2 de superficie, con antecorral de 851 m2 de superficie.
  • Una rampa de punta.
  • Dos casas para empleados del Departamento de Tráfico.
  • Una casa para el encargado de la revisión de la vía.

El Paraje


Revista del F.C.S.
El deseo de Pablo Acosta (nieto) de levantar un pueblo alrededor de la nueva estación no se materializó. La Guía Comercial del Ferrocarril del Sud  informaba en 1936 que en Pablo Acosta “no hay pueblo, servicio de automóviles ni coches, pero puede conseguirse hospedaje en casa de comercio local.” (6) 
El paraje contaba con un almacén de ramos generales, “El Progreso”, un abastecedor-carnicería, “Los Huesos”, una herrería y un surtidor de nafta YPF, que estaba a cargo del propio Acosta. También había un destacamento policial, a cargo de un agente, y la escuela provincial Nro.15, que unos años más tarde cambiaría su numeración por Nro.37, que brindaba instrucción hasta 6to. grado.
La estación despachaba la riqueza agropecuaria que generaba la estancia “Los Ángeles”, fundamentalmente hacienda vacuna y lanar y cereales como trigo y lino, y en menor medida, hacienda equina, avena, cebada, maíz, pasto, lana, cueros, crema y aves de corral.

Almacén de Ramos Generales (Col. Claudio Marcos)
Pablo Acosta (nieto) era el dueño del edificio donde funcionaba el almacén de ramos generales, punto de encuentro de los habitantes de la zona. 






El lugar funcionaba como Almacén y Bar donde se despachaban bebidas y se hacían algunas picadas. Antiguamente funcionaba también como correo y mi señora era la encargada de la Estafeta Postal.
[…]
También en el almacén teníamos surtidor de combustible, donde despachábamos kerosene, nafta y gas oil YPF.
[…]
Los domingos cuando terminaba el partido de fútbol a la tardecita, que se hacían enfrente del almacén, todos se venían y se armaban tertulias. Había una mesa de billar, donde se ponían tres maderas y arriba las tablas y cumplía la función de escenario, ya que subían los músicos a tocar. […] se armaba el baile y duraba hasta las doce de la noche. […] y cada tanto, alguna pelea se armaba. (7)

Baile en la Estación (Col- Fabián Vendemila)
El almacén era la terminal del colectivo que tres veces por semana hacía el recorrido Azul-Pablo Acosta. Se brindaba servicio de taxi a los campos cercanos y al camino viejo a Tandil, donde el viajero combinaba con otro colectivo a esa ciudad.

En el andén de la estación de Pablo Acosta también se organizaban bailes y fiestas.
Pablo Acosta (nieto) falleció en 1959. Sus restos descansan en una capillita privada a la entrada del Monasterio Trapense, cuya construcción impulsó con su esposa, Carmen Leloir de Acosta (m. 1973), a partir de la donación de 600 hectáreas a la orden religiosa de los Monjes Trapenses. Acosta murió antes de que se terminara el monasterio. El hacendado tampoco vio la desaparición del ferrocarril, cuya llegada había respaldado decididamente. En efecto, dos años después de su muerte, en 1961, el servicio ferroviario fue suprimido. La estación Pablo Acosta, que honraba la memoria de su abuelo, su legado de épocas heroicas ya fenecidas, de frontera y de aventura, se quedó en silencio.
Tren de Levante, el último tren en Pablo Acosta...
(Col. F. Vendemila)
Algunos años más tarde, una máquina a vapor volvió a recorrer el ramal a Chillar. Una vez más, un tren volvió a pasar por Pablo Acosta. Fue la última vez: era el tren de levante, que se llevó rieles, puentes y demás obras de arte. La estación fue demolida y sus galpones fueron desarmados. El tren desapareció, dejando pocos rastros, llevándose consigo un pedazo de historia de ese paraje del Valle de los Huesos.


DATOS GENERALES
Cota de Riel
93,82 metros sobre el nivel del mar
Galpones
Cargas generales
128 m² (propios de la empresa)
Cereales
1.088 m² (de particulares)
Cantidad de Bretes
1
Corrales
1.196 m²
Estanques
227 m³
Cantidad de Bebederos
1
Longitud de Vías
Segunda
941 metros
Auxiliares
1.663 metros
Número de Rampas
de Costado
1
De Punta
1



















Referencias:

(1) Carta al Ministro de Obras Públicas, Dr. Roberto M. Ortiz. Buenos Aires, 1º de abril de 1928. Archivo del Ministerio de Obras Públicas. Museo Nacional Ferroviario.

(2) Inspección General de Construcciones, 4 de junio de 1929. Azul/Dorrego. Sección Azul-Chillar. Ubicación de las estaciones propuestas. Archivo del Ministerio de Obras Públicas. Museo Nacional Ferroviario.
(3) Carta de Fernando Guerrico, representante del FCS, a Manuel Castello, Director General de Ferrocarriles. Buenos Aires, 5 de julio de 1929. Azul/Dorrego… Archivo del Ministerio de Obras Públicas. Museo Nacional Ferroviario.
(4) Carta de Pablo Acosta (nieto) a Antonio Dellepiane. Buenos Aires, diciembre 13 de 1929. Archivo del Ministerio de Obras Públicas. Museo Nacional Ferroviario.
(5) Carta de Pablo Acosta (nieto) a Antonio Dellepiane… Museo Nacional Ferroviario.
(6) Ferrocarril del Sud. Guía Comercial. Buenos Aires, 1936, p.299.
(7) Testimonio de Rolando S. El Tedinés, Nº100, julio 2014, p.7


Fuentes:

WEINBERG, FÉLIX, dir. Historia del Sudoeste Bonaerense, por Hernán A. Silva, M. Bróndolo de Mazeris, R. Güenaga de Silva, M. E. Pérez Amat, D. Scheines de Tiverovsky, Celia N. Priegue, A. S. Zinger de Bilhé, Hilda R. Zapico, Ana M. Cignetti, M. N. Cernadas de Bulnes, Gustavo A. Monacci y Cristina Estecondo. Buenos Aires: Plus Ultra, 1988. 328 p.
El Tedinés. Nº100, julio 2014.

GUZMÁN, YUYÚ. Estancias de Azul. Azul, 1976.

Archivo del Ministerio de Obras Públicas. Museo Nacional Ferroviario.