“La vía tiene algo de mágico, mezcla de desafío y curiosidad, que una vez que te atrapa ya nunca te abandona”

domingo, 27 de abril de 2014

Rauch (FCS)

El Partido de Rauch fue creado en 1865. Sus tierras ocupan gran parte de lo que se conoció históricamente como “pago de Chapaleofú”, una extensa franja de tierras planas bañadas por el Arroyo Chapaleofú y flanqueadas por dos importantes arroyos que corren paralelos, el Langueyú al este y el de los Huesos al oeste.
Plancheta I.G.M.
Al delimitarse el nuevo Partido, no se previó la instalación de un pueblo donde se asentaran sus autoridades. Recién unos años más tarde, en 1872, se fundó su cabecera homónima, con 4 leguas que se expropiaron de la Estancia “El Carmen”, un latifundio que perteneció al General Eustaquio Díaz Vélez.
El tren llegaría casi dos décadas más tarde, de la mano del Ferrocarril del Sud (FCS), al construir su ramal Las Flores-Tandil.

“La fiebre ferroviaria”

En los últimos años de la década de 1880 el gobierno nacional del presidente Juárez Celman otorgó concesiones ferroviarias en forma indiscriminada. El gobierno de la provincia de Buenos Aires, encabezado por Máximo Paz, también siguió esta política. El objetivo era introducir la competencia, que se creía beneficiosa para la actividad ferroviaria. Eduardo Zalduendo, en su libro Libras y Rieles, denomina a este período la manía ferroviaria. Frente a esta política, el FCS se vio obligado a adquirir algunas concesiones que amenazaban directamente su zona de actividad exclusiva. Entre ellas se encontraba la de Robert Olivier y Cía., aprobada por la Legislatura en julio de 1888, para la construcción y explotación de una línea férrea de Cañuelas a Monte, Las Flores, Rauch, Ayacucho, Balcarce, Lobería y Necochea, con un ramal de Rauch a Tandil.
El FCS, por su parte, había presentado unos meses antes (24 de febrero de 1888) un programa de nuevos ramales y extensiones, entre los que se encontraba una línea de San Vicente a Tandil, pasando por Monte, Las Flores y Rauch, y otra de Arbolito (actual Coronel Vidal) a Necochea, pasando por Balcarce.
Cartel y tanque de agua
La Legislatura rechazó el otorgamiento de ambos ramales, ya que se superponían con los concedidos a Olivier y Cía., que se debía preferir porque llevaría la competencia a la región. Olivier, sin embargo, era tan sólo un especulador interesado en obtener una concesión ferroviaria para transferírsela a un ferrocarril ya establecido o a un grupo capitalista y obtener así una buena ganancia.

El FCS tuvo que negociar con Olivier para evitar la intromisión de un ferrocarril rival en su zona de actividad. En abril de 1889 Olivier le transfirió su concesión a Alejandro Henderson, que actuaba por el FCS. Unos meses más tarde, Henderson hizo lo propio a favor del FCS. El gobierno de la Provincia aprobó la transferencia y en febrero de 1890 autorizó a la empresa para dar inicio a la construcción de las líneas de Cañuelas a Tandil y de Rauch a Necochea, pasando por Ayacucho.


La Estación Rauch

En agosto de 1891 el FCS habilitó al servicio la sección Las Flores–Rauch–Tandil (150,688 km de extensión) de la primitiva concesión Olivier. Siguieron posteriormente las secciones Cañuelas–Monte–Las Flores (mayo 1892) y Ayacucho–Balcarce–Lobería–Necochea (febrero-agosto 1892). La sección entre Rauch y Ayacucho no se construyó.
La estación Rauch (recuerda al Coronel Federico Rauch militar alemán que se incorporó al ejército argentino en 1819) se encuentra a 269 km de Plaza Constitución. Es el edificio de mayor jerarquía de la línea Las Flores-Tandil, con una planta alta en su extremo derecho, donde se encuentra la vivienda. Posee una galería muy vistosa con columnas metálicas ornamentadas y cubierta acristalada, similar a las instaladas en las estaciones Tandil y la primitiva Bahía Blanca.
La galería y su elegante diseño constructivo
Al servir a la población más importante ubicada sobre el ramal a Tandil, Rauch era la estación que mayor tráfico registraba tanto de pasajeros como de cargas. Entre estas, destacaba la hacienda despachada, principalmente bovinos y ovinos, y también aves. Esto último no debe extrañar porque Rauch contó desde temprano con numerosos criaderos avícolas. En el Partido hay 60 establecimientos de cría de aves genéticamente puras, de reconocida trayectoria, a los que siguen concurriendo criadores de todo el país para obtener reproductores para la producción de carnes y huevos. Por ello, Rauch es la capital nacional del ave de raza. Desde 1975 se celebra la Fiesta Nacional del Ave de Raza.

Nuestro paso por Rauch fue muy breve, tan solo una rápida visita a la estación y partir nuevamente, por la ruta 60 hacia Azul. Por ello, no pudimos tomar contacto con un pueblo que invitaba a hacerlo, desde sus calles tranquilas y sus edificios bajos, que se abrían en abanico desde la entrada de la estación. Volveremos a Rauch. Volveremos para recorrer sus calles, para visitar el edificio municipal, diseñado por el Arquitecto Francisco Salamone en 1938, la Iglesia San Pedro Apóstol y el anfiteatro Rafael Arrieta, denominado así en homenaje al poeta oriundo de la ciudad, entre otros lugares de interés. Volveremos, finalmente, para recorrer nuevamente el andén de su espléndida estación, legado arquitectónico del gran Ferrocarril del Sud.


Edificio de la estación Rauch



DATOS GENERALES
Cota de Riel
93,82 metros sobre el nivel del mar
Galpones
Cargas generales
130 m² (propios de la empresa)
Cereales
500 m² (de particulares)
Cantidad de Bretes
1
Corrales
900 m²
Estanques
227 m³
Cantidad de Bebederos
2
Longitud de Vías
Segunda
655 metros
Auxiliares
1.256 metros
Número de Rampas
de Costado
1
De Punta
ninguna







Vista del lado calle
Cartel en pared
Imagen de los galpones de cargas y cereales
Palancas
Plaqueta conmemorativa del centenario de la estación
Vivienda ferroviaria
Imagen de la estación vista hacia Tandil




Bibliografía:
Todo Trenes, Año 14, Nº99, mayo 2013.
JUSTO LÓPEZ, MARIO. Ferrocarriles, deuda y crisis. Buenos Aires, 2000.
GUZMÁN, YUYÚ. El país de las estancias. Tandil, 1983.
Diario Clarín. Argentina. Pueblo a Pueblo. Provincia de Buenos Aires. Tomo V. Buenos Aires, 2006.



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